“Creo que la arquitectura es un arte pragmático. Para llegar a ser arte debe ser construida sobre la base de una necesidad”
Ieoh Ming, un nombre que resultó profético para este brillante arquitecto. A lo largo de su carrera ha construido más de 50 proyectos en todo el mundo, caracterizados por sus marcadas líneas geométricas y la eficiencia funcional – influencia de Walter Gropius – y por sobre todo el uso de llamativas soluciones estructurales como en la Torre Banco de China (1989) o en el Morton H. Meyerson Symphony Center (1989).
Proveniente de una cultura milenaria, el valor de la historia ocupa un lugar importante en algunas de sus obras como el Louvre de Paris . Hoy recordamos la trayectoria de este connotado arquitecto ganador de la Medalla de Oro AIA en 1979 y del Pritzker en 1983.
Nacido en China, a los 17 se trasladó a Estados Unidos para estudiar Arquitectura en el MIT, donde se graduó. En 1940 ingresa a Harvard como profesor asistente, estrechando relaciones con uno de los fundadores de la Bauhaus, Walter Gropius y Marcel Breuer, líder del movimiento de Bellas Artes.
Durante 10 años trabajó en Nueva York para la Corporación de Desarrollo de Bienes Raíces de Webb & Knapp y luego en 1955 creó su propia oficina I. M. Pei & Associates, que se transformó en I. M. Pei & Partners en 1966 y en Pei Cobb Freed & Partners in 1989
Su estilo personal empezó a definirse en edificios como el Centro Nacional para la Investigación Atmosférica (1967) que combina un complejo programa técnico y filosófico, con el extraordinario sitio de Rocky Mountain.
Entre sus siguientes obras destacan National Gallery of Art, East Building (1978)
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